viernes, 5 de octubre de 2018

Pasó, pasa, pasará (4)


En el piso de arriba había un pasillo estrecho con un montón de despachos y puertas cerradas donde entraba y salía gente sin parar. Yo busqué la 34 sin problemas y llamé a la puerta. Mi indumentaria no importa, nada le importará a mi entrevistador, mis vaqueros raídos, mi pelo corto negro a lo chico, mi tatuaje, si lo viese en la espalda con dos enormes alas negras de ángel caído. Nada de mi apariencia, edad, rasgo, género le importará. Solo le importarán los números logrados, los éxitos y fracasos, mi aptitud para el trabajo y lo que no sepa me lo enseñará con gusto. Me recibe con una sonrisa, satisfecho. Buena señal. Es el señor L.T García.

Un hombre de mediana edad, con canas en los lados, vestido de traje a rallas azules y blancas, caro, que lucía un tatuaje de dragón en toda la cara me saludó.

-Hola Dona, buen número el de esta jornada con muy buenas capturas y ventas como resultado. Gracias por tu trabajo. ¿Ahora hablemos claro, tu competidor para el cargo, quiso jugárnosla, dime, que pasa cuando se hacen trampas en este negocio y no hay confianza, respeto ni ojo por ojo?
-Que se aplica el castigo pertinente de captura, desmemorización y venta como un producto más. En caso de que el comité así lo estipule, y no decida otro castigo.
-Exacto, veo que te has leído el manual que te encargué cuando entraste aquí. Bien, bien, como tutor tuyo estoy orgulloso. Una media excelente de ingresos y de fichajes. ¿No sientes remordimientos?
-Mejor para la empresa, mejor para mi bolsillo. Yo tengo facturas que pagar - resuelvo tranquila negando con la cabeza. 
-Y por eso, por esa actitud, queremos recompensarte para pasar a ser ascendida. Seguiré siendo tu tutor, y seguiré viendo tus ascensos. Ten este manual. Empollártelo es tu prioridad ahora, tienes una semana con gastos pagados y en ese tiempo, vendrás después de leer el manual, a un curso de unas dos semanas. Luego empezará tu nueva vida. ¿Bien?
-Perfecto - me encanta, mañana sí que me despertaré de buen humor.
- ¿Quieres saber qué pasó con tu competidor? - no, me daba igual.
- Vale. - respondí educada.
-Pues resulta que trató de hackear la central, para poder ficharte y que nos deshiciésemos de ti - No me sorprende, ese tío nunca me cayó bien.
-Ah, pero no fue lo suficientemente hábil- susurré para mí misma.
-Tú no lo hiciste -él me había oído claro.
-No soy tan estúpida como para saltarme las normas de esta empresa.
-Bien, bien. Nos vemos pues. Descansa.

A descansar pues, pensé satisfecha sin saber dónde me estaba metiendo.


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