viernes, 28 de septiembre de 2018

Pasó, Pasa, Pasará (2)


-Bien pues, que gane el mejor-  añadí pensando en que por supuesto iba a ganar yo.

Veamos, para seleccionar a alguien, primero tenemos que mirar que demandas hay en el mercado, eso aparece en una ventana emergente en mis gafas, con un resumen del top de los perfiles más demandados. Luego examinas a las personas que están a tu alrededor, sacas y envías una foto al dispositivo y te sale su ficha, si es lo que necesitas, mandas un aviso. Hoy en día, además, con la app del móvil estamos conectados a la central y enseguida recibimos el ok, como nuestras gafas tienen un dispositivo de localización, se manda una indicación de su ubicación para mandar al equipo. Yo me olvido, ellos hacen el resto, yo cobro mi comisión a final de mes cuando esta todo tramitado. Si consigo un record de ventas de este mes, podré tener lo suficiente para comprarme una casa y dejar el alquiler. Por no olvidar que me sumará puntos para lograr el puesto de supervisor.

Examiné uno por uno a las personas de mi alrededor, sin prestar atención a mi competidor de al lado. Luego en cada parada examino los andenes, y ahí consigo fichar a varios prometedores productos. Era tan emocionante, tan divertido, cada selección, cada fichaje, incrementaba mi ánimo, mi bolsillo y posibilidades. Este trabajo me resultaba muy gratificante.

No quieres seguir leyendo, oh, vaya, querido o querida lector lectora, eres tan inocente, tan cerrada o cerrado de mente, tan hipócrita, me vas a decir que has llevado una vida ejemplar, que eres empático con todos los seres de este mundo, que te preocupas por ellos, que en realidad no has odiado a nadie, o, me vas a decir que no has sentido las ganas de hacer daño a otros, venga, miénteme si quieres, tu yo interno sabe de lo que hablo. Ese escozor en tu conciencia me dice que no. Yo solo soy lo que el sistema ha creado. Yo antes no era así.

Ahí estaba, otra persona para la sustracción y venta. Otra más, otra más…

Estudié mucho, mis padres se mataron a trabajar para darme lo mejor, pero el sistema, el engranaje de nuestra amada sociedad es brutal, la naturaleza es brutal, cualquiera muere, sufre, eres un punto invisible, que cuando se vuelve visible es solo para ser una fruta, un árbol del que todo quiere alimentarse, aplastar y pudrir. Una vez saciados o que no quede nada de ti, se alejarán y te dejarán tirado, recogiendo los restos de tu miseria, de lo que fue tu corazón, sueños, esperanzas, deseos y fuerza. No quedará nada de ti. Y aun así escucharás como debes preocuparte por los menos afortunados que tú. ¿Y las injusticias cometidas contra tu persona? ¿Quién se ocupará de ellas? ¿Nadie, porque a nadie le importa?  Lo que ves es hipocresía, la misma que intentan que tu sientas. Solo hay intereses que luchan entre sí. Gente ávida de supervivencia y supremacía.  Este es nuestro mundo.  Yo, estuve desesperada, sin trabajo, sin casa, sin familia, sin nada, viendo como unos subían y otros bajaban, otros se rendían y morían, a nadie le importa de verdad, a nadie le importas de verdad, solo queda lo que eres capaz de hacer, de realizar por tu cuenta. Ahí, me dieron una oportunidad y la cogí. Aunque estoy en los más bajo de la cadena, voy a trepar, sí. Voy a llegar hasta arriba para ser intocable.

Llego a la última parada, me bajo, me voy al parque que hay justo enfrente nada más salir. Salen los niños, niñas, adolescentes, los universitarios, a media mañana al recreo del colegio y de la universidad que está al lado, ambos edificios que está más al fondo. Perfecto. Calculo edades entre 17 y 20 pico. Los examino y marco algunos como objetivos. Perfecto, sigamos.

No me juzgues desde donde quiera que leas estas líneas, me da igual las vidas que he fichado, dirás que no empatizas conmigo, que esta historia no va contigo, odiarás a quien ha escrito esto. Ajá, mírate en el espejo, espera a que no nos encontremos en el algún lugar y no seas tú mi objetivo.¿ Oh, me dirás que esto es demasiado para asumirlo?

Dona, no era mi verdadero nombre, pero significaba maldad. Eso es lo que era. Un dolor, que se transformó en ira, una ira que quebró mi bondad, mi empatía y mi energía. Ahora la energía que me recorría era la maldad, mi motivación, mi fuente de inspiración. Es otra la que fluía por mis venas, un despertar que me hizo ser mejor, más apta para la supervivencia. Las buenas personas muertas, no servían. No aportaban nada. No en este mundo, cruel y brutal.

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