viernes, 21 de diciembre de 2018

Pasó, Pasa, Pasará (25)

-Bien, lo primero, la realidad es la siguiente, no eres una sujeto-objeto. Bueno, ahora sí, pero, déjame que te cuente porqué - yo asiento tranquila.
-Lo que me cuentes estará bien Köle - él me sonríe forzado, cómo si no le gustase esa forma mía de ser.
-Lo primero, no soporto tenerte como sujeto-objeto, así que cuanto antes terminemos mejor. ¿Hay algo que hayas conseguido recordar?- Me extraña que lo diga, pero intento hacer memoria. Me centro en mis propios pensamientos y recuerdos, ya que mi señor me ha dado la orden de hacerlo.
-Nuestro encuentro íntimo me ha despertado ciertos recuerdos así que, creo que hemos sido pareja, o al menos hemos mantenido relaciones antes - rememoro asombrada.
-Vale. El propio sitio, debe sonarte, porque hay muebles de nuestro último apartamento. Aunque ahora mismo, estamos lejos, muy lejos, de todo lo que conociste,  pero aparte de mí, ¿hay algo más que te recuerde a tu pasado?
-¿La música?- el sonríe muy contento.
-La ropa que has elegido, salvo la ropa interior que no me gusta, no es mi estilo, tu olor que me encanta por lo que creo que sentía algo más que una relación carnal, mi pelo está raro, la marca del hombro y las marcas de los brazos y piernas no las reconozco - al mencionar mis cicatrices, él parece volverse triste y taciturno.
-No me duele, estoy bien - le afirmo porque la sensación de éxtasis regulada cada vez que mi amo está triste sufre una bajada me afecta y me pone nerviosa. Ajá, ahora entiendo. Esa necesidad de satisfacer a tu amo pase lo que pase, como sea.
-Yo he sido tu sujeto-objeto durante unos diez años. Desde que ascendiste por primera vez en la empresa que me asigno a ti. Eras maravillosa en tu trabajo, una mujer inteligente, autónoma, independiente, demasiado, me costaba mucho hacer mi trabajo, me costaba mucho sentir que te era de utilidad.
-Oh, entiendo, claro. Esa sensación de éxtasis.
-Al principio sí. Pero un sujeto-objeto puede ser liberado. Tú me liberaste sin querer o queriendo, no lo sé, el caso es que me hiciste auto suficiente y me dejaste formarme mi propia identidad, convirtiéndote para mi todo mi mundo, pero sin ser tu esclavo.
-¿Cómo liberar?- le interrumpo de repente sin darme cuenta de mi insolencia. Me callo al momento, pero ante mi interrupción, él solo sonríe complacido y me siento feliz.
-Un sujeto-objeto no tiene voluntad, es como un maniquí, sin personalidad ni identidad, sus funciones se limitan a sentimientos físicos, hablar, razonar solo para cumplir las órdenes de quien perteneces. Son esclavos, eternos y fieles. Tú querías descubrir más sobre nosotros, sobre porqué los sujetos-objetos normales y los experimentales como yo, estábamos descontrolandonos y siendo reprogramando para atacar a nuestros dueños. Descubriste a la organización que liberaba y atacaba a la empresa y tú le diste prioridad a la seguridad de los sujetos-objetos, sus dueños y la propia empresa. Pero no pensaste en la tuya. Nos arriesgamos muchas veces, de ahí a tus cicatrices. Yo trataba de estar siempre a tu lado para entregar mi vida si era necesario. Pero entonces, me liberaste - dice algo enfadado esto último.
-Para protegerte, como haría ahora, si algo te amenazase, aunque hayan cambiado las tornas - digo de forma muy natural. Pero sigo sin recordar nada.

Köle intenta calmarse, como si los recuerdos le doliesen más de lo que puede soportar.

-Fue duro para mi, es decir, yo ya tenía conciencia de qué era, tenía aceptado lo que era, me gustaba mi vida contigo, me gustaba mi trabajo, mi nuevo yo bajo tu responsabilidad. Pero al liberarme, supongo que para protegerme, liberaste mis recuerdos, y no me gustó, para empezar, confirmó lo que ya sabía que fui creado en un laboratorio, pero me educaron desde niño en unas instalaciones secretas, como una cárcel, para ser un sujeto-perfecto. Capaz de todo. Pero lo que descubrí en mis recuerdos era que tú y todos los de la empresa somos sujetos-objetos experimentales. Todos los que trabajaban en la empresa lo eran. Solo los secuestrados eran vendidos a dueños ajenos a la empresa. Lo que no sabes, es que en tu caso y el mío, que nacimos juntos, por así decirlo, que somos la versión masculina y femenina de un todo, nacimos para estar siempre juntos. Nos separaron, me volvió un sujeto inestable, al igual que tú y nos borraron los recuerdos para separarnos. Tú bajo el control de la empresa de peón y yo como el "secretario" de tu jefe, un buen tipo, que lo descubrió todo y te ascendió para que pudiédemos estar juntos de nuevo. Él, enfadado con la empresa, se unió a la facción de empleados rebeldes que lograban liberarse. Pero le pillaron y tu ocupaste su puesto. Ahí los de la empresa y los de la facción trataron de hacernos ascender, unos para hacerte destruir la empresa, otros para llevarla a lo más alto y acabar con los sujetos-objetos liberados. Pero lo único que a ti te importó al final de todo, lo único por lo que luchaste al final, fue liberarme y apartarme de ti, para acabar con ambos y dejarme al margen. Aún si eso, se cobraba tu vida. De no haber ido yo, quizá te hubieses salvado, y no tendría que haber hecho lo que hice para evitar que murieras y acabases en malas manos. - me explica muy cansado.

-Me estás dando información desordenada Köle, pero empiezo a recordar- le interrumpo. mis mejillas se llenan de lágrimas. Todo se sucede en flases, lo más doloroso, ver como disparaban a Köle y yo me interponía en medio y recibía el balazo por él. Las explosiones, la lucha de las dos facciones, la empresa, la facción rebelde, enfrentadas en un último golpe. Nosotros en el tablero, pero nos liberamos y acabamos con todos. Nos quedamos, mejor dicho, Köle quedó solo en aquellos escombros.
-Casi mueres...


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