martes, 6 de junio de 2017

Alma azul (8)

Enid estaba asustada. No solo porque temía haber pedido todo por lo que había luchado, también temía que Azur descubriese la verdad, a través de las anotaciones que tenía en el libro. Tomo aliento. Quizá fuese el momento de sincerarse
Quizá era hora de que lo supiese.
Haley era ella.

Su estancia en la academia le había servido para hacerse fuerte, independiente, dura, autosuficiente. Salvo por una cosa. Una persona. Seguía siendo dependiente de su instructor. Del hermano de Azur. Había desarrollado por el sentimientos que nunca había tenido por nadie.

Cuando abrió la puerta y se encontró con azur leyendo su antiguo diario trató de ocultar su miedo. Parecía que las drogas por fin le habían dejado de hacer efecto. Tenía mucho que explicarle. No solo del tiempo que había estado ausente. Todo lo de mucho tiempo atrás.

Por fin. Estaban a salvo. Por fin podían respirar. La  calma precedida por la tormenta y que va  antes de la siguiente. Azur cerro el libro. Ya era hora de hablar. Cara a cara mejor.

Ella cerró la puerta. Se sentó frente a él. Antes de empezar a contar nada, Enid murmuró una disculpa a media voz.

Azur se dirigió hacia ella, la abrazó y la besó en los labios.
-No vuelvas a darme un susto así. Creía haberte perdido- de repente pareció percatarse de que su reacción, no tenía nada que ver con lo que habían sido. Enid sin embargo, sí parecía acostumbrada.


 Ahora estaban a salvo por el momento.
Ahora era el momento.
-¿Has leído todo?- Azur dejó de lado el libro.
-No, solo parte. Imagino que Haley, Enid Haley eres tú.
-Sí- susurró Enid no muy convencida.
-¿Sabes lo que le pasó a Ghost o, a mi hermano?¿Por qué Ghost?
-Nunca utilizó su verdadero nombre. En la academia usaba Brais, supongo que era su apellido. Haley era el que yo usaba en la academia. Luego, en casa no sé cual sería su nombre. Nunca me lo dijo y en cuanto a Ghost, era un mote. Yo le seguí a la clandestinidad cuando escapamos de la academia. En realidad, no escapamos de la academia. Pasaron muchas cosas. Al final, todo el mundo allí pensó que tu hermano me había secuestrado y me diagnosticaron síndrome de Estocolmo, cuando les intenté explicar que yo era la verdadera culpable. No me tomaron en serio. Pensaron que había sido una chica valiente por haber sobrevivido en el exterior tanto tiempo. Al final, me adapté, y cuando ingresaste en la academia decidí sustituir a tu tutor para poder protegerte. Nunca pensé, que volvería a pasar por esto- Enid parecía cansada. Lucía una ropa informal y nada femenina. Camiseta blanca amarillenta, con una chaqueta con capucha, unos vaqueros rotos y botas militares. Había dejado su bolsa en la mesa. En ella ponía Haley.
-Mi hermano no uso nunca su verdadero nombre. Yo no quiero que pienses que tu hermano fue un traidor a la academia. De hecho, tal y como están las cosas, no sé, si en tu estado si debemos avanzar con el plan.

Azur trató de recordar lo que había pasado. Era completamente incapaz.
-¿Dónde estamos? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me tome la pastilla? ¿Qué ha pasado? ¿Qué plan debemos llevar a cabo? Por partes, ordenado y necesito toda la información. Se acabaron los secretos.
-Sabes, eres idéntico a Ghost. Has cambiado mucho- le acarició la mejilla con ternura y Azur de nuevo sintió el impulso de besarla y amarla. Hacerla sentir a salvo. Ni siquiera era capaz de razonar si debía confiar en ella o no, a pesar de todo lo que le parecía haber ocultado. Lentamente se acercó a ella y volvió a besarla. Enid no se apartó. Después la fulminó con la mirada para que quitarle toda gana de mentirle.
-Empieza a hablar.

Ella solo pudo asentir.

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